HEFESTO HEFESTO HEFESTO HEFESTO (Ἥ φ α ι σ τ ο ς / H ê p h a i s t o s)
En la mitología griega, es el dios del fuego y la forja, así como de los herreros, los artesanos, los escultores, de los metales y de la metalurgia. Era adorado en todos los centros industriales de Grecia, especialmente en Atenas.
Su equivalente en la mitología romana era el Dios Vulcano. Hefesto era bastante feo, y estaba lisiado y cojo. Incluso el mito cuenta que, al nacer, la diosa Hera lo vio tan feo tan feo que lo tiró del Olimpo y eso le provocó una cojera. Tanto es así, que siempre
un palo y, en algunas vasijas pintadas, aparece representado a veces con sus pies del revés. En el arte, se le representa cojo, con la barba desaliñada y el pecho descubierto, inclinado sobre su yunque, a menudo trabajando en su fragua. La apariencia física de Hefesto indica el padecimiento de arsenicosis (enfermedad
crónica por la larga exposición al arsénico que provoca cojera y cáncer de piel). El arsénico era añadido al bronce para endurecerlo y la mayoría de los herreros de la Edad de Bronce habrían padecido esta enfermedad. En la Teogonía de Hesíodo, Hefesto era hijo de Hera que lo concibió sola, celosa porque Zeus había
dado a luz a Atenea, que le había brotado de la cabeza. Sin embargo en la Ilíada, se afirma que Zeus fue padre de Hefesto. En el pensamiento griego los destinos de Atenea, diosa de la sabiduría y la guerra, y Hefesto, dios de la forja que fabricaba las armas para la guerra, estaban
íntimamente relacionados. Cuenta uno de los mitos que la diosa Hera, mortificada por haber parido tan grotesca descendencia, lo arrojó del Olimpo. Hefesto cayó durante nueve días y nueve noches hasta el mar, donde, dos diosas del mar, Tetis y Eurínome, lo recogieron y lo cuidaron en la isla de Lemnos, y allí crecería convirtiéndose con el tiempo en un gran maestro artesano.
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