MOLOCH BAAL: SIMBOLO DEL FUEGO PURIFICANTE

   
MOLOCH   MOLOCH   MOLOCH   MOLOCH    Dios de los Cananitas, Fenicios y Cartagineses. Considerado símbolo del fuego purificante, que a su vez simboliza el alma, el espíritu. Se le identifica con Crono y Saturno. Generalmente aparece

representado como una figura humana con cabeza de toro, carnero o becerro, sentado sobre un trono y con una Corona y un Báculo (distintivos de la Realeza). Para agradar a Moloch se solía hacer un sacrificio de (holocausto), que consistía en quemar niños pequeños o recién

nacidos vivos en su ofrenda. En los Templos donde se le rendía culto, se encontraba una gigantesca estatua de bronce. Esa estatua estaba hueca en su interior y su boca siempre se

encontraba abierta y sus brazos extendidos con las manos juntas y sus palmas hacia arriba en espera y disposición a recibir el holocausto. En dicho interior de la estatua se encendía un fuego que durante el holocausto era continuamente alimentado. Como resultado de una catástrofe sucedida en

el despertar de los tiempos, el espíritu de Moloch se había a sí mismo transformado en oscuridad al convertirse en materia. Según las creencias fenicias el humano era la encarnación de esa misma tragedia y para redimirse era necesario el hacer sacrificios a MOLOCH  BAAL. El culto

                 

a esta divinidad se extendería junto con la influencia de los fenicios en el Mediterráneo, llegando incluso a las costas de los etruscos y la península Itálica. Durante mucho tiempo convivió con las demás religiones, e incluso puede que sea la figura del becerro de oro de la que se habla en la Biblia cuando Moisés baja con las Tablas de La Ley.